He aquí el gran problema de la finasteride (propecia & cia), sus efectos secundarios. Estos daños colaterales no serían más importantes que una mera anécdota si no fuera por la peculiaridad de los mismos. Se trata de problemas relacionados con la sexualidad:
– Menos deseo sexual: Seguramente será el efecto más común aunque muchos testimonios aseguran que les ocurre incluso lo contrario, es decir, que aumente el deseo sexual.
– Dificultad para lograr la erección: La gente, para generalizar o crear polémica, lo llama erróneamente impotencia. Se trata de mayor dificultad para lograr la erección no de la desaparición de la erección. De todos modos, y en honor a la verdad, es conveniente señalar que se han dado casos (un porcentaje mucho menor del 1%) de efectos reales de impotencia. La mayoría de estos casos desaparece al suspender el tratamiento. Añadir también que el factor psicológico tiene mucho que ver en este efecto no deseado.
– Disminución en el volumen de semen eyaculado: Aunque la gente normal XD no suele medir el volumen de semen que expulsa si se ha experimentado con ello en clínicas.
– Agrandamiento de los pechos (ginecomastia): Es el efecto más raro y a la vez el más notorio físicamente. Lo que mucha gente no sabe es que productos «tan comunes» como la marihuana o antidepresivos también pueden producirlo. Tiene solución clínica y, la buena noticia que es tremendamente raro que ocurra a causa de nuestro tratamiento capilar.
Es precisamente su naturaleza sexual lo que asusta a los hombres y evita que muchos de ellos se atrevan a probar un tratamiento a base de finasterida. Y no nos pueden culpar ya que todo lo relacionado con la «virilidad» es un tema muy delicado… Lo malo de todo esto es que realmente estos efectos secundarios existen, lo bueno es que apenas 1 o 2 de cada 100 personas lo sufre y que desaparecen cuando se interrumpe el tratamiento.
Ha quedado demostrado que la mayoría de las personas que notan efectos secundarios no son producidos por el medicamento sino por la propia obsesión del paciente. Es decir, estamos hablando de un tema psicológico más que físico. Echad un ojo a ESTE estudio que demuestra lo débiles que somos en este aspecto. Personalmente, el que escribe estas líneas, lleva 10 años tomando propecia y jamás ha sentido el más mínimo efecto secundario, y lo mismo puedo decir de todas las personas que conozco en mi ciudad y también lo toman.
En Internet si que he leído varios casos en los que el paciente considera la finasteride un auténtico veneno… yo me pongo en su pellejo y desde luego que lo despreciaría con todo mi alma si me afectara de esa manera. Pero tenemos que ser racionales y pensar que cualquier medicamento tiene unos efectos secundarios que aceptamos al descubrir que su efecto principal supera con creces los posibles casos adversos. Para que os hagáis una idea una simple aspirina puede producir graves problemas en ciertos casos y sin embargo son tantos sus beneficios que se sigue usando.
Dicho todo esto, queda en manos de cada uno decidir si la finasteride merece la pena o no, sus resultados son sorprendentes y por ahora es la única esperanza de los «alopécicos» pero la sombra de sus efectos secundarios siempre estará ahí, sobre todo para los más hipocondríacos.