Vamos a hablar del Shedding, ese gran querido enemigo. Antes de nada sobra decir que aquí se explica lo que les ocurre a la gente que responde positivamente a un tratamiento. Evidentemente hay personas a los que los tratamientos no les hace ningún efecto e incluso a los que se les acelera la caída del pelo (esta última frase acojona mucho pero hay que decir que no es lo habitual). Ese es otro tema y nada tiene que ver con esta redacción.
Para empezar nada mejor que traducir esa palabra inglesa: ”shed” significa algo así como arrojar o desprenderse, justo lo que hace el pelo en este proceso.
También debemos tener en cuenta otro concepto: “ perder el pelo”. Se pierde pelo cuando el número de cabellos que se cae es superior al número de ellos que empiezan a crecer. Los humanos estamos continuamente renovando el pelo y a todos, sin excepción, se nos cae cada día (incluso puede ser normal llegar a los 100 diarios), y eso no significa que perdamos pelo.
El Shedding consiste en el cambio de estado del folículo, en otras palabras, los folículos funcionan por fases, es algo así como nacer, crecer, morir y renacer. El folículo “crea” el pelo, éste empieza a crecer y crecer y cuando llega el momento (por lo general años) “muere” y se cae. En ese instante el folículo permanece en “reposo” durante un tiempo (días, semanas o incluso meses) hasta que crea un nuevo pelo (si los tratamientos funcionan este nuevo pelo será igual o más fuerte que el anterior)
Como veis el proceso de Shedding no es el mismo que el que nos provoca la alopecia… en la alopecia se acortan los ciclos de los cabellos (viven menos tiempo creciendo y creciendo), cuando mueren y vuelven a “nacer” lo hacen más débilmente, ese ciclo se repite hasta que ya no “se fabrica” pelo nuevo en ese folículo.
Evidentemente el Shedding es temporal y consecuencia de la reacción del folículo a algún tratamiento contra la alopecia (minoxidil y finas por regla general). Como hemos explicado antes, los cabellos que están próximos a su última fase se caen (por que “sus” folículos ha reaccionado al producto “anticaida”) para volver a nacer más sanos, de ahí que notemos un aumento significativo de la caída del pelo. Hay muchas opiniones en cuanto a los tiempos que dura y, claro está, depende de la persona. Por lo general va desde las primeras semanas de tratamiento hasta los 3 o 4 meses.
Es muy importante (y muy difícil) aguantar el Shedding ya que nos asustamos y creemos que nos estamos quedando sin pelo rápidamente. Aquí el factor psicológico juega un papel vital, es por ello que debemos acudir a un médico si nos vemos incapaces de seguir el tratamiento por el miedo que nos genera. Él os explicará y os hará comprender que esto es normal.
Ojo, el Shedding no siempre ocurre… que tengamos shedding casi siempre es síntoma de que el tratamiento está funcionando pero que no tengamos Shedding no significa que no funcione.
Una vez pasada la transición del shedding es cuando empezamos a ver resultados (6 meses, un año…) ya que el pelo que había caído a consecuencia del cambio de fase empezará a nacer con más fuerza (mayor diámetro, pigmentación y tiempo de crecimiento). Es obvio que a cada persona le afectará de diferente manera, los habrá que noten una mejoría considerable y los que simplemente vean que los cabellos no nacen más débiles (frenada de la caída).
En definitiva, el shedding es parte del tratamiento, resulta irónico que debamos perder pelo para frenar su caída pero pensemos fríamente: Para que el cabello crezca con más fuerza el folículo debe parar su actividad, “matar” a su débil pelo, “reorganizarse internamente” y así volver a generarlo más sano.
[…] de cada persona y de lo que quiera aguantar. El camino es complicado, habrá que lidiar con el shedding, con los bajones emocionales, con el estilo de vida, con los posibles efectos secundarios […]